
De pequeña me sentaba en mi ventana a esperar mientras contemplaba una cuna de luna para soñar, todas las noches en aquel lugar mis ilusiones comenzaban a volar. Todas las noches en mi ventana la espera me agotaba, puesto que , de infancia soñaba encontrar con la persona que deseara disfrutar el fantasear y no me abandonara jamás. El tiempo pasaba y seguía sentada en mi ventana guardando las ilusiones para cuando llegara el minuto de flotar, pues las ganas de soñar no las podía olvidar.Un día el tiempo pasó y mi cuerpo cansado se levanto para salir del lugar; entre mis manos, viejas ilusiones deposite en un envase de cristal. Con el camine hasta el agua poder encontrar y así lagrimas comenzaron a brotar ante tan dura decisión de arrojarlas al mar con la esperanza de que al llegar a la orilla alguien las pueda hallar.
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